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Más allá de los ojeadores: cómo la comunidad ayuda a detectar talento

Para Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas, "nuestra gente, nuestros aficionados, los entrenadores de barrio, los profesores de educación física y hasta un taxista pueden ser claves en la detección de un futuro gran jugador”.

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El talento futbolístico no siempre se descubre en las academias ni en torneos oficiales. A veces, el mejor ojeador es un vecino, un entrenador de barrio o incluso un taxista que observa a un grupo de niños jugando en un parque y detecta algo especial en uno de ellos.

En la UD Las Palmas, la captación de talento va mucho más allá de los métodos tradicionales y se apoya en una red comunitaria que se ha convertido en una pieza clave en el descubrimiento de futuras promesas.

Históricamente, la UD Las Palmas ha basado su captación en la observación directa y el análisis meticuloso de los jugadores, pero hay un factor que muchas veces pasa desapercibido: la información que llega de la propia comunidad. La pasión por el fútbol en Canarias convierte a cualquier aficionado en un potencial informador, una extensión del cuerpo de captación del club.

Para Manuel Rodríguez Tonono, director del Departamento de Formación y Captación, “el fútbol es parte de la cultura de nuestra gente, y muchas veces los mejores informadores no están en los despachos, sino en los barrios, en las canchas y en las gradas”.

“La gente de nuestra tierra ama el fútbol y tiene un ojo especial para detectar talento. Muchos de nuestros mejores jugadores han sido descubiertos gracias a un comentario de alguien que simplemente vio algo diferente en un niño”, comenta Jesús Hernández, coordinador de captación y jugadores.

En un mundo donde la tecnología y las bases de datos juegan un papel cada vez más importante, la UD Las Palmas sigue apostando por la cercanía y la conexión con su entorno. Para el club, el boca a boca sigue siendo una herramienta clave en el proceso de captación.

 

Historias de talento descubierto fuera del radar

Uno de los casos más emblemáticos de captación no tradicional ocurrió en un parque de la ciudad. Un taxista, aficionado al fútbol y seguidor del equipo, se acercó a Tonono para contarle sobre un grupo de niños que jugaban regularmente en el Parque Juan Pablo II. “Yo iba a recoger a un cliente y vi a unos chicos jugando con un nivel tremendo. Había uno en particular que me llamó la atención. No sé nada de fútbol profesional, pero ese niño jugaba distinto”, relató el taxista.

Ese comentario no cayó en saco roto. Días después, un miembro del equipo de captación del club fue a observar a los chicos y confirmó que, en efecto, había un joven con un talento fuera de lo común. Ese niño fue posteriormente invitado a entrenar con la cantera y hoy es parte del proceso formativo de la UD Las Palmas.

Casos similares han ocurrido en torneos de barrios, en partidos improvisados en la playa y hasta en las gradas de un partido juvenil donde un aficionado menciona un nombre que termina en la lista de seguimiento del club.

Más allá de los aficionados y observadores espontáneos, los entrenadores de barrio desempeñan un papel fundamental en la detección de talento. En Canarias, existen numerosas escuelas de fútbol no afiliadas a clubes profesionales donde niños y jóvenes dan sus primeros pasos en el deporte. Muchos de estos entrenadores mantienen contacto con la UD Las Palmas y sirven como una primera fase de evaluación.

Roberto Arocha, coordinador de captación y jugadores, destaca la importancia de estas figuras: “Los entrenadores de barrio conocen a los chicos como nadie. Saben sus fortalezas, sus debilidades y su potencial. Nosotros valoramos mucho su opinión y mantenemos una relación estrecha con muchos de ellos”.

La UD Las Palmas ha desarrollado acuerdos con clubes convenidos, pero incluso aquellos que no forman parte de esta red tienen un canal abierto para recomendar jugadores. “Nos interesa cualquier talento, venga de donde venga. El fútbol no entiende de fronteras ni de etiquetas”, afirma Arocha.

Detectar talento es solo el primer paso. Una vez identificado un posible jugador de interés, comienza un proceso de observación más profundo. La UD Las Palmas evita las pruebas masivas y prefiere un enfoque más natural.

Tonono explica: “No podemos ir y decirle a un niño de inmediato que queremos ficharlo. Necesitamos verlo en diferentes situaciones, en su entorno natural, para saber cómo se desenvuelve sin la presión de ser observado”.

Incluso, en algunos casos, los captadores del club llegan a asistir mostrándose como simples espectadores a partidos y entrenamientos de ligas locales para evitar que la presencia del club altere el rendimiento del jugador.

 

Un sistema que refuerza la identidad del club

Para Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas, "el fútbol es parte del ADN de nuestra tierra y la captación de talento no se limita a los ojeadores o a las bases de datos. Nuestra gente, nuestros aficionados, los entrenadores de barrio, los profesores de educación física y hasta un taxista pueden ser claves en la detección de un futuro gran jugador. Es algo que nos hace únicos y refuerza la identidad de la UD Las Palmas."

Según Ramírez, "siempre decimos que el talento puede estar en cualquier parte, y por eso valoramos enormemente la colaboración de la comunidad. No es raro que un comentario de un vecino o de un entrenador de barrio nos lleve a descubrir a un joven con un gran potencial. Esa conexión con la sociedad es lo que nos permite mantenernos fieles a nuestros valores y a nuestra filosofía de cantera."

"En la UD Las Palmas tenemos claro que el talento necesita una oportunidad y nuestro trabajo es estar atentos, sin importar de dónde venga la recomendación. La comunidad nos ayuda a ampliar nuestra mirada y a asegurarnos de que ningún jugador con potencial pase desapercibido. La historia del club está llena de ejemplos de futbolistas que fueron descubiertos gracias a este sistema colaborativo”, segura el presidente de la entidad amarilla.

El hecho de que la comunidad juegue un papel clave en la detección de talento no solo ayuda a descubrir jugadores, sino que también fortalece el sentido de pertenencia hacia la UD Las Palmas. Los aficionados sienten que forman parte del éxito del equipo cuando ven a un jugador que recomendaron debutar en el primer equipo.

“Es un círculo virtuoso. Cuanto más involucrada está la gente, más fuerte es la conexión entre el club y la sociedad. Esto no solo nos permite encontrar talento, sino también consolidarnos como un equipo con raíces profundas en la comunidad”, concluye Tonono.

Con un modelo que combina tecnología, observación directa y la invaluable colaboración de la comunidad, la UD Las Palmas sigue demostrando que el talento no siempre se encuentra en los lugares más evidentes, sino en aquellos rincones donde la pasión por el fútbol nunca deja de latir.