Mucho ha cambiado en el fútbol en los últimos setenta y cinco años. Empezando por la misma estructura de los equipos, en la que la mayoría ya no pertenece a clubes deportivos sino a Sociedad Anónimas Deportivas constituidas a partir de 1982, donde las decisiones ya no son tomadas por los socios, con un voto por cabeza, sino que son las acciones las que deciden. Esto ha hecho que veamos como las SAD están en poder de grupos empresariales de mucho poder adquisitivo y que apenas tienen que ver con el escenario desde donde surgió ese club. El caso de la Unión Deportiva Las Palmas la propiedad sigue siendo canaria, porque Miguel Ángel Ramírez, que el 11 de enero de 2006 evitó la desaparición de la Sociedad firmando un concurso de acreedores de 72 de millones de euros que había eludido varias providencias de disolución de la Sociedad. Además, en las últimas temporadas ha sabido manejar el presupuesto para no verse envuelto en una crisis económica que acabe con su existencia.
Lo que afortunadamente no ha cambiado en la entidad amarilla ha sido el espíritu de unión con el que se firmó la creación el 22 de agosto de 1949. Con el paso del tiempo hay que poner en valor lo que supuso entonces para que dos clubes históricos como el Victoria y Marino admitieran desaparecer del mundo futbolístico, para juntos a Gran Canaria, Atlético y Arenas formar la Unión Deportiva Las Palmas. Tremendo esfuerzo de Adolfo Miranda Ortega y Manuel Rodríguez Monroy para convencer a los representantes de los cinco equipos que firmaron la creación del nuevo club y que tuvo en José del Rio Amor a su primer presidente. Hasta tal punto era el amor por sus respectivos colores que en la primera liguilla insular fue campeón Las Palmas, porque el Marino realizó una alineación indebida a propósito. Carmelo Campos, entonces entrenador de los marinistas, tranquilizó a los dirigentes, cuando tras ganar el partido les dijo que impugnaran el partido por la participación de su jugador Fidel.
Está claro que la Unión Deportiva Las Palmas no es solo un club: es un sentimiento grancanario que llevamos todos, con independencia de la clase social, política o económica. En un mundo de tantas discrepancias, de tanto desasosiego, los amarillos son capaces de unirse como sucedió en 1949. A modo de anécdota recuerdo que cuando en el periódico La Provincia se producía algún pico al alza en la tirada de ejemplares, el motivo era por algo relacionado con la Unión Deportiva Las Palmas en la mayoría de las ocasiones. Un triunfo sonado contra Real Madrid o Barcelona; los fallecimientos de Guedes y Tonono; los ascensos a Primera División, … era motivo para que al aficionado fuera al estanco en busca del periódico del día. No había entonces redes sociales, ni internet, ni televisiones que dan las noticias al instante.
Además, la Unión Deportiva Las Palmas ha contado desde el primer momento con el respaldo de la primera institución insular, el Cabildo de Gran Canaria, el órgano representativo de la Isla, ha sido siempre su primer aval. Lo fue cuando en 1950 compró a Eufemiano Fuentes el Estadio de Las Palmas – a partir de entonces Estadio Insular – y así inyectar dinero al club. Otro momento puntual fue el de 1992, cuando la entidad evitó la desaparición in extremis gracias a su reconversión en Sociedad Anónima. Todo ello en el contexto del peor momento deportivo con el descenso por primera vez a la Segunda División B. Luis Sicilia, entonces presidente del club, encontró el refugio y la salvación, y con su moto se movía en la ciudad para celebrar diversas reuniones de trabajo donde obtener dinero para cubrir el capital social.
La Unión Deportiva Las Palmas cumple sus Bodas de Brillantes militando en la Primera División, en la que será su 36ª temporada en la máxima categoría del fútbol español. Ese dato en solitario ya certifica que es la referencia del fútbol canario a nivel nacional. Y además, las expectativas son positivas porque tiene ante sí la posibilidad contar con un estadio a la altura del siglo que vivimos, moderno, que será una de las referencias españolas del Mundial de 2030. Este objetivo parecía inalcanzable, pero la insistencia del Cabildo, junto con todas instituciones oficiales, la Federación de Futbol y la propia Unión Deportiva Las Palmas lo han hecho realidad. Juntos, los grancanarios, son capaces de alcanzar todos sus objetivos.
La Unión, ese espíritu en el que todos confluyen, nos da logro de los que nos sentimos muy orgullosos. ¡Qué dirían hoy en día los Carmelo Campos, Polo, Peña, Silva, Molowny, Tonono, Guedes, Sinibaldi, Aparicio, José Manuel León, García Panasco, Lázaro y Pepe Guerra, etc …!. Son personas que tanto hicieron por esta Unión Deportiva Las Palmas que ahora se codea en la élite en un fútbol con tantos cambios, en la que ya no se juega en tierra, que ya no solo hay un entrenador y un segundo, sino que el técnico principal tiene alrededor todo un elenco de especialistas en campos específicos: por ejemplo, un técnico para las jugadas a balón parado, otro para analizar videos, y muchas parcelas más. O el propio Manolo Betancort que tanto luchó por sacar adelante Barranco Seco, ahora convertida en una Ciudad Deportiva con todo lo que los profesionales necesitan. Sí, el futbol ha cambiado, y la Unión Deportiva Las Palmas ha ido actualizándose a las exigencias actuales, pero el espíritu con el que conformó sigue intacto. La unión con la que gestó fue de brillantes.