El partido resultó emotivo, intenso y de infarto. Las Palmas tuvo sus ocasiones y el Cádiz también las suyas. Pero el marcador no se alteró y el objetivo de la campaña ya está en las manos de los futbolistas isleños.
García Pimienta optó por realizar dos cambios en el once titular para visitar al Cádiz en relación al conjunto que inició el encuentro frente al Betis. Julián Araujo y Javi Muñoz recuperaron sus respectivos sitios en la foto del encuentro, relevando a Álex Suárez y Munir respectivamente.
Los jugadores visitantes salieron enchufados a un estadio cargado de un ambiente extraordinario en las gradas. Kirian fue el primer rematador de la tarde, al conectar un disparo alto tras servicio de Marvin Park. El tinerfeño no pudo acondicionar su cuerpo correctamente al llegar el balón a media altura.
La tarde en Mirandilla era muy disputada. Las Palmas trataba de crear ante un rival que en muchas ocasiones optaba por el juego directo. Y el reloj corría sin que se registraran ocasiones. Aunque en un minuto, los dos guardametas tuvieron que intervenir para evitar que el marcador se moviera.
Primero, Conan Ledesma, al retener a ras de suelo un disparo con la diestra de Sergi Cardona. Y segundos después era su colega Álvaro Valles el que ponía los guantes para rechazar un duro disparo de Navarro.
En el minuto 37 la sala VAR intervino para observar un fuera de juego en el inicio de una jugada que había acabado en las redes de Valles. Zaldúa estaba en posición no reglamentaria en el momento de recibir el pase que lo habilitaba por detrás de los defensas canarios. El remate de Javi Hernández no subió al marcador.
La segunda oportunidad de la UD Las Palmas llegó en el minuto 44, cuando Javi Muñoz se percató de un error de cálculo de Chust. El centrocampista metió su bota, pero el balón acabó golpeando el exterior de la red local.
El partido se reanudó en el segundo periodo desde su punto de origen. Y en el inicio de esta fase fue Moleiro el que pudo marcar, al sellar con un chut cruzado un contragolpe. El balón del tinerfeño se fue junto a un poste.
Por momentos, el juego se convirtió en un correcalles y el Cádiz sufrió el contratiempo de la expulsión de Chust tras una falta a Marc Cardona.
La emoción se prolongó hasta el minuto 98, sin noticias en el marcador y varias ocasiones canarias malogradas. Pero la misión resultó exitosa porque la valiosa permanencia era el objetivo.
Los futbolistas grancanarios cantaron en el centro del campo el estribillo ¡Las Palmas es de Primera!. La fiesta comenzó nada más terminar el encuentro.